Análisis político: Cuba y Venezuela (Antipolítica)

Realizado por: Lewis Durand. 

La selección de las siguientes noticias se realizó con la intención de comparar la política de estos países y cómo se dirigen hacía su población y la relación que guardan con el mismo, pues de esta manera se puede entender el espacio público o privado que marca la regla en estas sociedades.

Si bien es cierto que lo político “determina nuestra humanidad” y “es donde el hombre puede sustraerse al universo natural de las especies y adoptar su propia condición de hombre (…) lo individualiza como ser humano” (Tricás, Ética y política, 2009), por el otro lado tenemos la antipolítica, que es específicamente el tema a tratar en ambos artículos noticiosos, y que responde a lo contrario de la política, ya que la antipolítica atenta contra la libertad del hombre si hay una tiranía como gobierno “que nos esclavizará y nos someterá sin miramiento alguno”, puesto que busca en la población el conformismo en su espacio privado, sin que el individuo les preocupe su alrededor, su prójimo y, por lo tanto, su espacio público.

La importancia del tema a analizar es demostrar como la antipolitica poco a poco, en las últimas décadas se ha entronado en nuestro continente sin que nos demos cuenta, o si por el contario estamos conscientes, pero debido a que nuestras necesidades privadas están satisfechas no volteamos a nuestro alrededor para ver cómo están nuestros países o mi propio entorno, ya que damos por sentado que es otro quien se debe encargar y no nosotros, aunque pueda estar a nuestro alcance la ayuda.

Venezuela

No es un secreto la actual situación de Venezuela, en el cual cada día más se agudizan las problemáticas referente a la escasez de alimentos, medicinas e inseguridad galopante. Cada una de ellas representa los intereses más inmediatos de la población venezolana y de los cuales cada uno espera una solución eficaz.

En la noticia venezolana se lee que una de las soluciones que plantea el mandatario nacional, Nicolás Madura, es que aquellas empresas que se paralicen serán entregadas al pueblo.

En otro lado se puede leer que también extendió el decreto de Emergencia Económica por 60 días más, e igualmente el decreto de Estado de Excepción. Y en cada una de esas aparentes soluciones se encuentran las características del populismo, tanto del discurso como el de su líder.

Para Tricás (2010) el discurso populista se centra en la solución de los problemas más inmediatos (en este caso la comida) y de esta manera aparentar que está hablando a favor del pueblo, y que los mismos juegan un papel protagónico en la solución gracias a la intervención de Estado.

Esto se lee en la noticia cuando Maduro le hace un llamado al “pueblo” para que tome las empresas paralizadas y que son ellos quienes ayudaran a recuperarlas.

Freidenberg (2012) y Kenneth Roberts (1999) concretan de manera específicas las características de un gobierno populistas, y que en el caso de Venezuela, cada una de ellas se cumplen.

Por un lado Freidenberg define al populismo como “un estilo de liderazgo (…) no reconoce mediaciones organizativas o institucionales, que habla en nombre del pueblo”

Ya se hizo mención al cuando el jefe de Estado llama al “pueblo” a tomar las empresas, y por el otro lado se nota claramente el no reconocimiento de las mediaciones organizativas o institucionales, puesto que “la prórroga de estado de Excepción, en teoría, debe ser aprobada por la Asamblea Nacional”, ya que así lo establece la Constitución venezolana.

Roberts por su parte señala como rasgo del populismo “un discurso antielitista y/o antiestablishment basado en una ideología ecléctica” buscado de esta manera la oposición hacia el gobierno, en este caso, de Maduro y la noticia refleja varios ejemplos de esta corta oración.

El presidente señaló que la figura del Estado de Excepción es necesaria “para combatir las fuerzas extranjeras”, por otro lado, también indicó que la escasez de alimentos medicinas y demás se debe a que “Estados Unidos y empresarios venezolanos hacen la guerra económica” a su actual gobierno.

El espacio privado ha cobrado terreno en nuestra población, en este caso, la escasez de comida, es un mal que afecta a gran parte de la población y cuando las necesidades privadas ganan espacio en lo público le deja vía libre al líder populista, pues se hará ver como un “enviado” que suplirá esas necesidades, ya que

“a través del discurso populista libera al individuo de un vínculo con lo público, que llega a montar mecanismos y dispositivos de reparto en la población más necesitada sin la contraprestación del esfuerzo personal, promoviendo con ello salidas individuales a problemas que son sistemáticos y estructurales” (Tricás, Política, calle y libertad, 2010).

Y en el caso de la comida, uno de sus problemas radica, según economistas consultados en la noticia, es que el fallecido Hugo Chávez expropió varias empresas del sector privado que hoy en día no están produciendo.

El espacio público el hombre es libre, es ciudadano y lo ayuda a tener diferentes puntos de vista de su alrededor obteniendo con ello un “pensamiento abierto”, y de esta manera poder ponerse en los zapatos del otro (Tricás, Ética y política, 2009), cosa que a un gobierno populista no le conviene, pues su objetivo es que el individuo se preocupe por sus necesidades más básicas para que de esta manera no muestre preocupación a los demás intereses o problemáticas del país o demás individuos.

Cuba

En el caso cubano vemos que el espacio público ha dejado paso al espacio privado al leer que hay anaqueles vacíos en las tiendas y hay filas de personas buscando alimentos debido al modelo económico que ha implementado el gobierno cubano, que lejos de solucionar, ha hecho lo contrario: acrecentar la escasez de los alimentos.

Si bien es cierto que el gobierno lo hace ver como una solución, para los gobiernos populistas de hecho les conviene hacerse cargos de las necesidades privadas de sus gobernados ya que de esta manera “si lo privado cubre la totalidad de la existencia convierte al individuo en un hombre masa, adiestrado para convertirse también en un acrítico hombre régimen. Con el abandono, negación y destrucción de la esfera pública e nos va el ciudadano, y con él, la democracia” (Tricás, Ética y política, 2009)

Para nadie es un secreto que el gobierno cubano no se caracteriza por ser “democrático”, ya que es él el que controla cada aspecto de la vida de los cubanos, haciéndose cargo de las necesidades de ellos y en caso de no poderlas suplir efectivamente, echará la culpa a agente externos de su régimen, como bien lo señala uno de los entrevistados de la noticia al decir “Chico, no sé, vamos a decir que es el bloqueo, al final él tiene la culpa la culpa de todo… Si tu mujer te pega los tarros [es infiel], la culpa la tiene el bloqueo; si hace calor. Aquí todo es por el bloqueo”.

Si bien es cierto que se infiere un tono de burla en la declaración, muestra cual es el libreto que repite el gobierno cada vez que las cosas van mal en el país, pues ellos no tendrán la culpa de nada, ya que hacen lo que está a su alcance para mejorar la vida de su pueblo,

Otra muestra de antipolítica es la del partido máquina, el cual le puede dar un estatus dentro de su sociedad y se muestra cuando durante la hambruna de los años 90 los productos alimenticios e industriales “solo disponible para el personal diplomático y ciudadanos con privilegios especiales de acuerdo con su filiación ideológica o su relaciones personales con la alta dirigencia cubana”

Partido máquina tienen como característica que el político “debe reforzar su organización. Es instrumento de su trabajo, el utensilio mediante el cual obtienen consenso. Sin embargo, reforzar la organización quiere decir disponer de recursos para distribuir honores y cargos” (Flores D’ Arcais, 1996) y en el caso cubano, es el honor al acceso de comida solo a aquellos que estén relacionados con el gobierno y la ideología del mismo.

Tanto en Venezuela y Cuba se vive una crisis alimentaria que ambos gobiernos han manejado a su manera, y si se puede decir, a su favor, puesto que el objetivo principal d ambos es lograr ante poner las necesidades privadas de sus gobernados por encima de lo público y de esta manera lograr que el individuo actúe en pos de sus interese materiales, privándolo (en muchas ocasiones de manera inconsciente) de sus ambiciones y buscando satisfacer su necesidades inmediatas, mostrándose indiferente con el país y su alrededor (Tricás, Ética y política, 2009).

Ambos gobiernos culpan de sus problemáticas a agentes externos, característica de un discurso populista descrita por Freidenberg (2012) al señalar que el líder populista “habla en nombre del pueblo, potencia la oposición de éste a ‘los otros’, busca cambiar y refundar el statu quo dominante”, y entre la guerra económica y el embargo, poco a poco llenan el discurso de ambos gobiernos frente a la problemática de la falta de alimentos que viven desde hace años, y que aunque han implementado “soluciones” no han funcionado en estas naciones, lo que demuestra en cierta manera que de hecho busca que la situación persiste ya que si su población toma consciencia de su espacio público volverán a su estado natural como ciudadanos, con la libertad de pensar y de exigir a sus gobiernos soluciones prácticas que ayuden a garantizar un sistema en el cual puedan satisfacer las necesidades de todos sin miramientos políticos y sin necesidad de depender de ellos para cubrir sus necesidades.

Trabajos citados

Dockendorff, A., & Kaiser, V. (2009). Populismo en América Latina. Una revisión de la literatura y agenda. Revista Austral de Ciencias Sociales, 75-100.

Flores D’ Arcais, P. (1996). Hannah Arendt: Existencia y Libertad. En P. Flores D’ Arcais, Hannah Arendt: Existencia y Libertad (pág. 83). España: Tecnos.

Freidenberg, F. (2012). ¿Qué es el populismo? Enfoques de estudio y una nueva propuesta de definición como un estilo de liderazgo. España: Instituto de Iberoamérica Universidad de Salamanca.

Tricás, J. (Noviembre de 2009). Ética y política. Dimensión de lo público y privado. Caracas, Venezuela.

Tricás, J. (2010). Política, calle y libertad. Caracas: CEC Los libros de El Nacional.

 

 

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